“Marruecos pronto será indispensable en el mercado europeo del aguacate”

Abdelkader Benchagra, de Maroc Avocado, importador en los Países Bajos de aguacates marroquíes, está seguro de que la superficie de aguacate y, por tanto, la producción en ese país magrebí ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Sin embargo, se muestra algo escéptico sobre las cifras exactas que publican las agencias gubernamentales, las organizaciones supranacionales y los grupos de interés. “Veo nuevas plantaciones cada año cuando visito esa zona de producción”, asegura Abdel.

Aun así, echemos mano de algunas cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En 2010, la superficie de aguacate de Marruecos era de casi 1.900 hectáreas; en 2018, de 5.000 hectáreas, y tres años más tarde, en 2021, de más de 9.000 hectáreas. Las cifras confirman lo observado por Abdel. En comparación, la superficie de España pasó de más de 10.000 hectáreas a unas 18.000 en el mismo periodo. Por ahora, tiene el doble que Marruecos, aunque el aumento de la superficie de España es mucho mayor.

Diversificación de cultivos e inversores extranjeros
Según el experto, la expansión de la superficie se está produciendo de tres formas: los productores existentes se están diversificando, están entrando nuevos productores y los inversores extranjeros están poniendo en marcha grandes proyectos, todos ellos atraídos por los buenos márgenes de beneficio que ofrece el cultivo. “Actualmente es una de las exportaciones marroquíes más rentables. La mayoría de los agricultores con los que trabajamos han cambiado la fresa por el aguacate, pero incluso donde se cultivan cacahuetes o sauces están apareciendo árboles de aguacate. Hace poco, un inversor extranjero compró unas 500 hectáreas, y quiere ampliarlas a 1.000. Las cifras de exportación de los próximos cinco años reflejarán sin duda ese crecimiento”.

Se espera que el cultivo de aguacate en Marruecos pronto iguale y, quién sabe, tal vez supere al de España. El actual problema de sequía en la Axarquía, la zona aguacatera por excelencia en España, agrava esa proyección. “En Marruecos, el cultivo se realiza a lo largo de la costa entre Tánger y Rabat, en una zona donde, por ahora, hay suficientes precipitaciones y recursos hídricos para el riego”, afirma Abdel. Es un aspecto necesario porque el cultivo del aguacate consume bastante agua. Según datos del Instituto Holandés de Salud Pública y Medio Ambiente, suponen 0,729 m³ de agua por kilogramo de producto. En el cultivo de fresas, son 0,306 m³, 0,220 m³ en el de naranjas y apenas 0,026 m³ en el de manzanas. Por tanto, se necesita casi 30 veces más agua para cultivar aguacates que manzanas.

Alto rendimiento
Los aguacates (especialmente los Hass) son propensos a la alternancia productiva. Eso y la disponibilidad de agua explican los rendimientos anuales por hectárea, algo fluctuantes. Si se calcula una media de 10 años a partir de los datos de FAOSTAT, se observa que Marruecos, con casi 11 toneladas por hectárea, supera con creces a España, que solo ha alcanzado las 7,5 toneladas/ha. Así, la producción total de España hace dos años (116,77 toneladas) no fue tan superior a la de Marruecos (82,37 toneladas), a pesar de contar con el doble de superficie. La conclusión es que el país norteafricano ya es un actor importante en el mercado europeo del aguacate y lo será aún más en el futuro.

La categoría II se queda en Marruecos
Las exportaciones marroquíes de aguacates de piel verde comenzaron a finales de septiembre. “Los destinos son principalmente España, Francia y los Países Bajos. No empezamos tan pronto. Primero, el contenido de materia seca tiene que ser perfecto, y no envasamos nada sin un análisis previo. Además, con Fruit Attraction a finales de septiembre/principios de octubre, el mercado está algo más tranquilo. Los programas funcionan entonces, pero hay poco que hacer en el mercado libre”.

Según Abdel, la mayoría de los aguacates de piel verde, sobre todo de las variedades Bacon y Zutano, se venden en el mercado local. “Es más rentable que exportarlos a Europa, donde sobre todo se demanda Hass. Esto se debe, en parte, a que la piel de los aguacates verdes es mucho más sensible y, por tanto, más propensa a sufrir daños durante el envasado. El producto de categoría II (que representa el 20% de la cosecha de una variedad de exportación como la Hass) también se queda en el mercado nacional. No se envía a Europa para su transformación en guacamole, principalmente porque los costes de transporte son muy elevados. Enviar un camión a Europa cuesta ahora fácilmente 6.000 euros, frente a los 4.000 de hace cuatro años”, afirma.

Transporte por carretera frente a transporte marítimo
A pesar de las elevadas tarifas del transporte por carretera, Benchagra prefiere los camiones a los barcos. “Los contenedores marítimos son mucho más baratos y, gracias a la situación estratégica de Marruecos, los aguacates llegan al puerto de Róterdam apenas una semana después de la cosecha. Pero eso a veces puede salir mal. El año pasado, por ejemplo, una naviera decidió dar primero un rodeo hasta el Reino Unido. Los aguacates llegaron con más de una semana de retraso y el cliente se quedó sin nada; o tuvo la desgracia de que su contenedor fue examinado en el puerto. Seguro que prefería que le llegase directamente un contenedor lleno de fruta por valor de unos 80.000 euros. Los costes también aumentan con los retrasos, incluidas las sobrestadías y la posible pérdida de calidad. Al final, puede ser mejor pagar un poco más por el transporte por carretera, porque así siempre sabemos exactamente dónde está la carga y cuándo llegará”.

Buena demanda y buenos precios
El importador comparte que la demanda de aguacate en Europa sigue siendo superior a la oferta. “Cuando Perú abandona el mercado (y este año será un poco antes de lo habitual debido a El Niño), les toca el turno a España, Israel y Marruecos. Pero ni siquiera juntos tienen suficiente oferta para satisfacer la todavía fuerte demanda. Colombia también está en el mercado, pero ofrece calibres demasiado pequeños. Europa prefiere aguacates grandes en los que se pueda pegar fácilmente una etiqueta. Los precios de esta temporada parecen buenos. En la primera quincena de septiembre, una caja de 4 kg costaba entre 7 y 8 euros, pero a principios de octubre costaba entre 13 y 14 euros; casi el doble”, señala Abdel.

Profesionalización
Dadas las excelentes oportunidades de los aguacates marroquíes en el mercado europeo, está intentando ayudar a profesionalizar el cultivo y la exportación en Marruecos. “Como importadores europeos, estamos un poco en el punto de mira de los productores marroquíes. Vemos hacia dónde va el mercado e intentamos explicárselo a los productores. ¿Qué variedad y qué especificaciones se demandan? También nos queda mucho por aprender en materia de comercio. Por ejemplo, en Perú, Colombia o Sudáfrica tienen oficinas en Europa y compran producto fuera de su temporada para abastecer todo el año. Nosotros aún no lo hacemos, pero empezaremos a hacerlo pronto”.

A Abdel le encantaría que las ventas de Marruecos a Europa estuvieran un poco más estructuradas. “Quiero que mis clientes puedan hacer un programa completo con aguacates marroquíes. Que sepan qué cantidades pueden comprar y a qué precio”, explica. “Los buenos acuerdos garantizan relaciones a largo plazo y negocios estables, lo que beneficia tanto a los productores como a los clientes. A veces, todavía echo un poco de menos eso en el sector marroquí. No se trata solamente de planificar”.

“También es habitual que no todos cumplan siempre su parte del trato. Sin embargo, las relaciones a largo plazo se basan en la fiabilidad. No puedes dejar tirados a los clientes porque de repente tienes la oportunidad de vender un lote a otro por unos céntimos más. Nosotros no lo hacemos y elegimos cuidadosamente a nuestros proveedores en función de varios criterios, entre ellos la fiabilidad. El potencial de crecimiento está ahí; si añadimos algo más de estructura, Marruecos pronto será indispensable en el mercado europeo del aguacate”, concluye Abdel.

Abdelkader Benchagra
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